Sugerencias
La descripción es uno de los aspectos fundamentales a la hora de escribir. Lo que mejor se describe no es lo que estamos presenciando, sino lo que hemos presenciado antes. La descripción vive y se elabora en el recuerdo. Se describe desde las primeras emociones, por eso la descripción no sale como una copia: hay que echarle imaginación para evocar lo que se ha visto y para crear lo que no existe. La mejor descripción, en fin, es la más oportuna, la que produce la emoción más fuerte.
La imaginación es la fuerza conformadora de imágenes, reorganiza los datos de la experiencia, establece nuevas relaciones, enlaza cosas dispersas, aclara las cosas oscuras y acerca las inaccesibles.
La vista de un trigal soplado por el viento nos crea expectativas muy diferentes de las que nos crea la vista de un callejón tenebroso en un suburbio. Porque asociamos cosas con emociones, ese trigal y ese callejón nos afectan como símbolos, nos sugieren acciones posibles, nos preparan para oír cuentos alegres o lúgubres.
El espacio ambienta la acción y crea una atmósfera apropiada. A veces, incluso, es el centro de la narración y de él dependen los hechos. Pero al mismo tiempo, el espacio sugiere emociones, no es inocente.
Cuando escribas, incluye espacios creíbles, necesarios y a la vez singulares, no trabajes con situaciones conocidas o tópicas de la literatura. Recurre a los lugares que te hayan llamado la atención y remarca lo que tienen de diferente. Porque además, en un relato, todo puede ocurrir en cualquier parte: de ti depende que ese lugar elegido quede para siempre asociado a esa acción.
Una descripción cumple su función cuando hace ver, no cuando explica o define. Hacer ver es traducir las emociones que lo descrito provoca en los personajes. No describas de menos ni de más. Si describes de menos, faltarán elementos que den relieve al punto que pretendes destacar. Si describes de más, los elementos de sobra oscurecerán el punto significativo.
Generalmente, la descripción dirigida por el narrador provoca un interés menor en el lector que otra efectuada a través de lo que ve o siente el personaje. Si un narrador dice: Un patio grande y un único árbol dando sombra a los gatos. El espacio era de desolación, más que de recreo, no es igual que si dice: La madre recién llegada se sintió perdida en medio de un patio tan grande, con un único árbol dando sombra a los gatos. Le pareció un espacio de desolación, más que de recreo. La funcionalidad de la descripción queda garantizada cuando es consecuencia o insinuación de otra cosa: de la acción, de los diálogos, de las vicisitudes de los personajes, es decir, de la narración.
El procedimiento de la descripción exige una serie de pasos ineludibles que con la práctica se realizan casi simultáneamente: la observación, la selección de datos, una técnica -cinematográfica, pictórica, topográfica- y un enfoque apropiados. Cuando la descripción refuerza la acción, la narración tendrá ritmo.
Para finalizar: una regla que vale para todas las descripciones: Hay que describir con exactitud y vivacidad los detalles. Pero no todos los detalles poseen igual valor: la minuciosidad, el querer incluirlo todo, suele producir malos resultados.
Disparadores de escritura
- Describe: la casa de tu infancia, un lugar o espacio que te producía rechazo, un lugar con el que sueñes, un lugar al que te gustaría volver, la casa y el barrio en los que vives actualmente…
- Ahora, describe desde diferentes enfoques: a vista de pájaro, desde lejos, desde un tejado o un pico alto, desde el coche o el autobús en el que vas, caminando por la calle, parado en una esquina, sentado en la terraza de un bar…
- Describe algo que esté inmóvil, tú también lo estás. Algo que esté inmóvil, pero tú estás en movimiento. Y al revés, algo que esté en movimiento mientras tú estás parado.
- Prueba a describir algo de la naturaleza que te haya hecho enmudecer. Una casa a lo lejos hasta que entras y la conoces por dentro. El movimiento de una gran ciudad. Un paisaje visto desde el tren. Una cena entre amigos.
- Describe el mismo lugar en diferentes estaciones del año y a diferentes horas del día.
Oficio de escribir
“La cosa más pequeña contiene algo desconocido. Encontrémoslo”. G. de Maupassant
“Las cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima”. Lorca
“Otra cosa que no se nota cuando se es joven es que las flores tienen personalidad. Son distintas unas de otras, como las personas”. Gerald Durrell
“Ya conoces mi método, se funda en la observación de nimiedades”. Conan Doyle
“Cualquier paisaje es un estado del espíritu”. Amiel
“Pero qué horrible es que los recuerdos se precipiten sobre ti y te obliguen a mirarlos y te muerdan y se revuelquen sobre tus entrañas, que es el lugar de la memoria”. Mª Teresa León
“La escritura hace visible lo invisible”. Nathalie Sarraute
Sí, la descripcción es importante, muy importante, el problema está en la contención, no describir lo supérfluo, lo prescindible. Es difícil, como todo.
Más que difícil diría, Marisol, que es una cuestión de práctica, como todo. Con el ejercicio y el tiempo vamos encontrando nuestra forma de describir, esa que funciona en nuestros escritos. Un abrazo y gracias por el seguimiento de las entradas del blog.