Sugerencias
La escucha silenciosa es uno de los fundamentos de la escritura creativa y, yo diría, que de la vida armoniosa. Para escribir hay que aprender a escuchar con todo el cuerpo y a captar la existencia múltiple y simultánea que hay a nuestro alrededor. Escuchar significa estar abiertos, ser receptivos. Hay que absorber las cosas tal como son, sin juzgarlas ni analizarlas, para poder captarlas.
Decía un Jefe siux oglala en el libro «Ojalá camine por la belleza» (EDAF):
«El adiestramiento comenzó con unos niños a quienes se enseñó a estar sentados en silencio. Aprendieron a emplear sus órganos para oler, para mirar cuando en apariencia nada había que ver, y a escuchar atentamente cuando todo parecía mudo. Un niño incapaz de estar sentado en silencio es un niño desarrollado a medias«.
Aquí dejo esta reflexión para padres, profesores y niños.
Y volviendo a lo nuestro, lo fundamental para escribir es practicar una escucha abierta y atenta, leer bastante y escribir mucho. La observación es una especie de sagacidad, un espíritu presente, un olfato cazador. La literatura se nutre de lo percibido en un instante.
La intuición consiste en ver sin esfuerzo lo que otros no alcanzar a ver sino con mucho esfuerzo. La intuición sosiega y produce una sensación de libertad y plenitud. El cerebro intuitivo es imaginativo. Así que no deberías descuidar el cultivo de esta facultad, pues como toda facultad, si no se cultiva, se termina por atrofiar. La imaginación es la que te dotará de un espíritu original, verás las cosas desde un ángulo distinto, sorprenderás matices diferentes y los interpretarás según tu propia trayectoria.
Al practicar una escucha silenciosa, dejamos que las formas, los géneros (poesía, novela, relato, ensayo, etc.) se impriman en nosotros. la forma no es suficiente para crear arte. La forma hay que llenarla de vida. Si quieres escribir novelas, lee muchas novelas; si quieres escribir poesía, lee mucha poesía. Pero no te alejes de lo que está escrito para analizarlo racionalmente, entra en lo que lees con todo tu cuerpo. «Si queréis aprender lo que es un árbol, id al árbol», escribió Basho, el gran poeta japonés del s. XVII.
Y por último, repara en la importancia de la respiración. Dejamos de respirar y morimos. Sin embargo, qué poca importancia le damos a nuestra respiración, qué inconscientes somos de ella. Lee en voz alta tus escritos, lee en voz alta los escritos de tus autores favoritos y entra en su respiración.
Disparadores de escritura
- Escribe veinte haikus del tirón. Debe tener tres versos, máxima economía de palabras, el título, si lo lleva, debe añadir una dimensión suplementaria. En la poesía corta tiene que producirse un salto mental, una sensación de espacio.
- Escribe veinte binomios de palabras contratadas y escribe un microrrelato de cada uno. En el microrrelato hay que ser exactos y breves, juega con el valor de lo implícito, lo sugerido. Lo que hay detrás del instante narrado. Primero un momento de asombro, luego de reflexión, tiene que ocurrir algo, como en cualquier historia, esta tiene que moverse y los personajes tienen que cambiar.
- Completa con una frase los siguientes verbos: observo, espío, ojeo, advierto, vigilo, diviso, oteo, contemplo, distingo, percibo, noto, descubro, reviso, acecho, atiendo, curioseo, avisto, husmeo, cotilleo, examino…
Oficio de escribir
“La experiencia que se transmite de boca en boca es la fuente de la que se han servido todos los narradores. Y los grandes, de entre los que registraron la historia por escrito, son aquellos que menos se apartan en sus textos del contar de los numerosos narradores anónimos”. W. Benjamin
“Pienso que el tema comporta necesariamente su forma (…) A mí no me gusta hablar de temas (…) Repentinamente hay un conjunto, un punto de partida. Hice muchos de mis cuentos sin saber cómo iban a terminar (…) Guardar esa especie de inocencia como actitud fundamental frente a lo que va a ser escrito”. J. Cortázar
“La forma sale del fondo como el calor del fuego”. G. Flaubert
“El estilo para el escritor, como para el pintor, no es una cuestión de técnica, sino de visión”. M. Proust
“Lo cierto es que yo aprendí a escribir, a crear mundos imaginarios, escuchando”. Luis Mateo Díaz
“A un escritor puede estarle permitido inventar una fábula, pero no le está permitido saber cuál es la moraleja”. R. Kipling
“Y entre tantos oficios yo soy aquel que mira”. Eugenio de Nora
«Hay que optar por una mirada propia». Juan Madrid
Es muy cierto lo que comentas hoy, cuando estudiaba música y tocaba el piano, lo primero que me enseñaron fue a respirar profundamente y por supuesto a escuchar en silencio (de otra manera es imposible escuchar música) pero poniendo todos los sentidos, hasta el olfato aunque ésto parezca incríble. Pero si escuchas por ejemplo la sinfónía Pastoral de Beethoven, que es como lo dice el nombre un paseo por el bosque, puedes llegar aembriagarte con los aromas del mismo. Sí, llevas mucha razón. Escuchar en silencio y estar atento a todos los impulsos que nos llegan es fundamental para casi todo, creo yo. Un abrazo Ricardo.
Fundamental, en la escritura, en la música, como tu bien dices, y en la vida. Otra cosa que se debería aprender desde infantil. Un abrazo, Marisol.