A caballo atravieso el espejo,
dejando al otro lado mi ego,
a caballo en la vida galopo
contra el miedo de ese ogro tramposo,
a caballo cabalgo desnudo,
de aventuras yo marcho sediento,
a caballo atravieso el desierto
escuchando la voz del silencio,
a caballo como un forajido
troto entre los escombros del tiempo,
a caballo me adentro en la noche
y visito al fin el infierno,
a caballo me río y vuelo,
pintando de amarillo los cielos,
a caballo regreso contento
a ese niño que aún sigo siendo
a caballo llego a la frontera,
y sigo persiguiendo quimeras,
a caballo bajo las estrellas
te sueño, te amo y te invento,
a caballo vivo y no pienso,
el caballo y yo, un mismo cuerpo.
Precioso.
Eres un poeta por todo lo alto.
Un abrazo.
Gracias, Asun, me sacas los colores. Bueno, en realidad es que disfruto mucho escribiendo. Un abrazo.
Què bello y vibrante¡ Gracias Ricardo por estos regalos¡
Gracias, África, a ti y a todos los que seguís el blog por el tiempo que me regaláis. Besos.
Un jinete airoso, me gusta. Un abrazo Ricardo.
Gracias, Marisol, nunca mejor dicho. Besos.