Sugerencias
A escribir se aprende escribiendo. Debemos practicar la escritura como el atleta entrena para correr una maratón o el pianista hace dedos la tira de horas para estar en forma el día del concierto.
En el camino de la escritura creativa iremos descubriendo las historias que queremos contar y la forma en que queremos hacerlo, esas voces que nos habitan dentro.
El objetivo es conseguir confianza en nuestra voz y en nuestra mente, una seguridad que nace de nuestra propia experiencia.
La forma de conseguirlo: la práctica de la escritura, el ejercicio por tiempos. Nos marcamos un tiempo (diez, quince, veinte minutos, el que queráis), buscamos un disparador de escritura y nos ponemos a escribir hasta que se cumpla el tiempo marcado.
Estamos en el primer momento de la escritura, en la fase creativa, ante el papel en blanco. La calidad o perfección formal es un asunto que viene después, al corregir y pulir el texto, nunca en el momento de ponerse a escribir. Comienza el juego, relajaos y disponeos a disfrutar.
Pero como todo juego, el juego creativo de la escritura tiene sus reglas que hay que respetar. Son unas reglas sencillas y las únicas que os voy a dar.
No tiene nada que ver con lo que os enseñaron en el cole o en el instituto, aquello de que había que escribir en limpio, con buena letra, sin faltas de ortografía y pensando muy bien lo que ibais a decir. Pero aquí estamos para desaprender.
Las reglas del taller
- No pienses. En cuanto empiece a correr el tiempo, ponte a escribir, tira de lo primero que te venga a la cabeza, aunque te parezca una majadería, si se te acaba el hilo, salta a otra cosa como una liebre loca de marzo, la imaginación trabaja por asociación. Escribe a vuelapluma, sin parar, a la deriva, hasta que se agote el tiempo marcado. Y no te pares a releer, cortarías el flujo creativo.
- Pierde el control. Sé indómito, impúdico, irreverente, no te cortes, suelta todo lo que se te venga a la boca. En la escritura no hay límites y la libertad es absoluta. No te dejes engatusar por el pensamiento lógico, en la escritura, como en la vida, rara vez dos más dos es igual a cuatro.
- No borres nada, no taches. Cuando vuelvas sobre tu borrador puede que descubras que lo mejor era aquello que pretendiste tachar. No cedas nunca a tu censor interno. Si algo te da miedo o te inquieta, coge el toro por los cuernos.
- No te preocupes por la ortografía, la gramática o la puntuación. Son aspectos que deberás cuidar en la fase de corrección, pero esa fase es posterior.
- Sé concreto: árbol, no; olmo; coche, no; audi.