Cuando me atrapa el ruido,
regreso al páramo que llevo dentro
y camino por esa tierra
desolada y yerma,
la luz es fría y pétrea
y el sol inmisericorde y lejano,
las nubes no descargan
y la muerte deambula extraviada.
Pero el hielo resquebraja la piedra
y, de paso, deshace mi coraza.
El silbido del viento me abraza
y agradezco el zarpazo de la niebla
y la loca carcajada que me salva.
Oh que bella¡ Gracias por compartir; yo la he subido a Face, he destacado en el comentario el ritmo. Poesìa vibrante y rìtmica, para recordar el pàramo?. Me emociona, yo tambièn soy de esa tierra de la que hablas. Abrazos. Àfrica
Me encanta el páramo, el desierto, también las cumbres y los riscos, imagino que cada uno tenemos nuestros paisajes del alma, que no otra cosa son estas preferencias, creo. Gracias, por compartirlo, guapa. Un besote.
Me gusta. Un abrazo.
Gracias, Marisol, me alegro. Un abrazo.