Una mujer tan vieja como el camino de tierra por el que se acerca. Pasos lentos, negras ropas de luto por unos muertos que ya ha olvidado. Pese a la sabiduría profunda que guardan sus arrugas, nada tiene que decirnos, solo sus ojos gastados, su espalda encorvada y esos zapatos negros hablan por ella. Tan vieja como el camino de tierra por el que se aleja.
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