Ja. Sofi, sofi y además de la galofi. Sofi de la galofi. Ja. Me estaba afeitando y de pronto, ja, me di un corte, un pequeño corte en el cuello, sofi, sofi porque de repente me gustó aquel contraste rojo sobre blanco, como en ese cuento de Márquez, ja, y de la galofi porque decidí continuar, ja, paré un momento para afilar la navaja en el trozo de cuero, es lo único que conservo de mi vida anterior, doctor, ja, esos utensilios de barbero, afilé la navaja y de la galofi, otro corte aquí, en la mejilla y otro en mitad de la nariz, más rojo sobre blanco, y el rosa que empieza a aparecer, ja, y en los párpados, muchos cortes en los párpados, sofi, sofi, ja, y después en las orejas, para lo que hay que escuchar, y después en la frente, ja y sofi de la galofi porque ya no había blanco ni rojo, era todo rosa, rosa, rosa, ja, y por eso sofi de la galofi, sí, doctor, debería permitirme llevar la barbería del centro, sería, sería, ja, sería sofi de la galofi, le aseguro que no tendrá queja de mi trabajo. ¿Sí?, ¿de verdad?, ¿está usted de acuerdo? Bien, ahora sí que va a ser sofi de la galofi: afeitaré barbas, cortaré pelos al cero, rasuraré cuerpos enteros y lo adornaré todo con pequeñísimas incisiones, ja, y al principio todo será rojo, rojo sobre blanco hasta que, sofi de la galofi, se convierta todo en rosa como en las novelas rosas y las películas rosas, ja, todo cosa de enamorados, ja.
De mi libro «Microbios» (2004): DESCARGAR GRATIS AQUÍ
Vaya, ¡que historia! No quisiera tenerlo de barbero.
ja, ja, ja. Pues está basado en hechos reales.