Escritura creativa 3 (Ante el papel en blanco)

Sugerencias

Cuando ante el papel en blanco, te preguntes: ¿sobre qué demonios escribo?, estate seguro que no se agotó aún tu arsenal de ideas. Lo más probable es que estés cansado, falto de ánimo o, tal vez, que las grandes pretensiones que te haces con la escritura te inducen a considerar insignificante todo lo que se te ocurre.
A cansancio, descanso. A falta de ánimo, disciplina. Y a grandes pretensiones, humildad.
El placer de escribir y de inventar no debe enturbiarse con consideraciones de calidad o perfección formal. Este es un asunto que viene después, al corregir y pulir lo escrito, nunca en el momento de ponerse a escribir.
Uno de los problemas más comunes del escritor que empieza es el bloqueo ante el papel en blanco. Si no eres capaz de examinar las causas de tu estancamiento y de ponerle solución –humildad, disciplina, relajación–, vivirás con ansiedad lo que tiene que ser un placer.

Disparadores de escritura

Hoy nos vamos a centrar en las listas.
Las listas son una buena fórmula de acumular disparadores para utilizarlos en nuestra práctica de escritura o en esos momentos de bloqueo en los que parece que no se nos ocurre nada.
Es más, yo diría que en esas listas se van colando inadvertidamente y de una manera condensada muchos asuntos que inconscientemente nos rondan la cabeza, el corazón o las entrañas, que con todo eso y más se escribe, para aflorar en su momento, arrastrando tras de sí la historia que no sabíamos que queríamos contar.

  1. AmoOdio… Haz una lista de tus amores y de tus odios, pero rehúye los grandes temas. No escribas: «Amo la libertad, a mis hijos, la paz…» u «odio la guerra, la injusticia, la corrupción…». Eso no te llevará a ningún lado. A los grandes temas es difícil hincarles el diente. Es más fácil hablar de la libertad escribiendo sobre una tarde de verano en el río durante tu infancia, así que tira de amores y odios más personales, más cotidianos, más, por decirlo así, insignificantes: «Amo a los perros abandonados, los hierros herrumbrosos, esos pantalones cómodos y vacilones que me compré el verano pasado…» «Odio las gomas apretadas de los calzoncillos, el ruido de esa moto perdorrera en la madrugada, el sonido del móvil en el cine, la laboriosidad de las hormigas y su gregarismo…»
  2. Haz una lista con: «Quiero escribir sobre…» y vete apuntando lo que te venga en ese momento: una frase, un detalle, una ocurrencia, una imagen concreta, un olor, un sonido, un sabor, un personaje…Y ahora haz otra lista con: «No quiero escribir sobre…». Ahora oblígate a escribir de ambas listas.
  3. Haz listas con palabras que te gusten especialmente, que te resulten evocadoras.
  4. Utiliza la lista de la compra que hayas hecho y escribe un poema de amor o una historia de miedo o simplemente un texto surrealista a partir de ella. Juega. No se te olvide jugar.
  5. Haz una lista con esos chispazos y ocurrencias que te llegan mientras paseas en silencio, justo antes de quedarte dormido, mientras friegas los platos de la comida o planchas, mientras estás meando. La musa, como los gatos, siempre se presenta cuando menos la esperamos.
  6. Puedes hacer listas con tus miedos, con tus obsesiones, con tus fantasías…, para utilizarlas cuando no se te ocurre de qué escribir.

Oficio de escribir

«Escribir es un acto de amor, si no lo es, no es más que escritura». Jean Cocteau

«Durante esos años (se refiere a su adolescencia) empecé a hacer listas de títulos, a escribir largas líneas de sustantivos. Eran provocaciones, en definitiva, que hicieron aflorar mi mejor material. Yo avanzaba a tientas hacia algo sincero escondido bajo el escotillón de mi cráneo (…). Bien, si algunos de ustedes es escritor, o espera serlo, listas similares, sacadas de las barrancas del cerebro, lo ayudarán a descubrirse a sí mismo, del mismo modo que yo anduve dando bandazos hasta que al fin me encontré». Ray Bradbury

Escritura creativa 3

Si quieres escribir, de Brenda Ueland

Brenda Ueland, autora del libro «Si quieres escribir«, de Ediciones Obelisco, fue una de las mujeres pioneras en esto de la escritura creativa. La primera edición de su libro se publicó en 1938.
Nació en Minneapolis en 1891, vivió durante años en Nueva York, donde formó parte del grupo bohemio del Greenwich Village, que incluía a Jonh Reed, Louise Bryant y Eugène O’Neill. Se ganó la vida como escritora, editora y enseñando a escribir en sus talleres de escritura.
Mujer de una gran vitalidad, estableció un récord internacional de natación (para mayores de 80 años) y murió, a la edad de 93 años, en 1985. Decía tener dos reglas básicas en su vida: decir la verdad y no hacer nada que no quisiera hacer.
Y justamente ese espíritu indómito, alegre e independiente es el que se respira en su libro «Si quieres escribir». «Todo el mundo posee talento, puede ser original y tiene algo importante que contar», comienza diciendo en su libro.
Una obra imprescindible sobre el alma de la escritura y la esencia del proceso creativo.
«Desde que empecé a escribir –empieza diciendo Brenda en su libro–, hace ya mucho tiempo, he logrado aprender no solo de mi propia tarea como escritora, sino también de los talleres de escritura que coordiné durante tres años. A mis clases asistía todo tipo de personas: ricos, pobres, amas de casa, mecanógrafas, gente culta y gente sencilla, como empleadas de hogar que no habían recibido estudios medios. Conocí a gente tímida y a gente más lanzada; algunos eran tranquilos, lentos, y otros, ansiosos y rápidos (…). Pero esto es lo que aprendí básicamente de esta experiencia: cada ser humano tiene algo importante que expresar, posee en sí mismo algo original que decir y está dotado de talento (…). El poder y la imaginación creativos se encuentran en cada uno de vosotros y en la necesidad de compartirlos con los demás».
En efecto, todos nacemos con la facultad imaginativa, creativa, pero como cualquier facultad, si no se cultiva, termina por atrofiarse. Tampoco ayuda nada esa actitud criticona y despectiva que tan a menudo nos encontramos alrededor. «Habréis notado –escribe Brenda Uelan– cómo en alguna ocasión educadores, críticos, padres y todos aquellos que os rodean, cuando escuchan lo que habéis escrito, se vuelven remilgados y fruncen el ceño con desdén (…). No les detesto por sus efectos sobre mí, pues por lo menos yo no les dejé que entraran e influyeran en mi espacio; los desprecio por toda la influencia que potencialmente pueden ejercer sobre personas de cualquier edad. Son asesinos de talentos».
«Si quieres escribir», de Brenda Uelan, no es un libro sobre técnicas literarias ni trucos para escribir un best seller y hacerte famoso y rico; es un libro sobre el sentido profundo del trabajo creativo con la escritura, sobre el alma de esa vocación que a algunos locos nos lleva a rellenar páginas y páginas para no volvernos cuerdos y tristes y aburridos.

Si quieres escribir de Brenda Ueland

Escritura creativa 2 (El borrador)

Sugerencias

Desde el enfoque de la escritura creativa, lo primero es el borrador. Pero antes de seguir con este asunto, veamos cómo funciona nuestro cerebro.
El cerebro humano tiene dos hemisferios y cada uno de ellos trabaja de una manera diferente, opuesta y a la vez complementaria. El hemisferio izquierdo es lógico, informativo, tiene un pensamiento lineal, domina la sintaxis, se mueve con conceptos, definiciones y distinciones, es denotativo. El hemisferio derecho es analógico, asociativo, emocional, trabaja con imágenes, es creativo, es sensible al aspecto poético de las palabras, es connotativo.
Sobre este asunto podéis encontrar mucha información en internet, así que no me voy a entretener más en ello.
Lo que debemos tener en cuenta es que el escritor es dual, creador y crítico o corrector, en una primera fase acumula y luego elimina.
Dicen que los grandes genios son capaces de trabajar con ambos hemisferios a la vez. Pero para los que no volamos tan alto, nos es mucho más efectivo trabajar sucesivamente si queremos evitar bloqueos.
A la hora de escribir un borrador, déjate guiar por las funciones de tu hemisferio derecho: crea, desarrolla, despliega, asocia, vuelca sobre el papel todo lo que se te ocurra por absurdo o disparatado que le parezca a tu corrector, a tu crítico interno, a tu hemisferio izquierdo. Ya llegará el momento de que este entre en acción y revise, tache, organice, corte y pula.
Dicho esto, es hora de comenzar y el secreto para comenzar es no comenzar; olvídate de momento de buscar un principio genial, un arranque magistral, comienza por el final, comienza por el medio, comienza por lo primero que te haya llegado a la mente, pero comienza. Te has marcado un tiempo de escritura y tu mano debería estar ya en movimiento.
Déjate guiar por esos primeros pensamientos que te llegan, esas intuiciones, chispazos, iluminaciones, ocurrencias tienen una gran energía y originalidad. Tira de ellas y ve a dónde te llevan.
Escribir es una aventura, sabes de dónde partes, pero no a dónde vas a llegar ni cuál va a ser el camino. Si no es así, no es aventura, es un trayecto en autobús.
Deja que tus borradores te empujen hacia esa aventura.

Disparadores de escritura

Para que no te rompas mucho la cabeza a la hora de comenzar a escribir, he aquí unos ejercicios que te lanzarán sobre el papel en blanco:

  1. Abre un libro por cualquier parte y escribe a partir de una frase o un verso elegido al azar.
  2. Recorta o subraya (o copia y pega si estás en el ordenador) palabras de un periódico o revista y escribe una frase a partir de cada una de ellas, no trates de construir nada, simplemente déjate llevar.
  3. Escribe a partir de una imagen, un cuadro, una fotografía. No se trata de que hagas una descripción de la imagen, sino de que te dejes arrastrar por lo que te sugiera.
  4. Escribe a partir de músicas diferentes (a ser posible sin letra), déjate llevar por las emociones que te producen y las imágenes y palabras que acudan a ti.

Oficio de escribir

“Los conceptos son de todos y se nos imponen desde fuera en el lenguaje aprendido; las intuiciones son nuestras”. Antonio Machado

“Lo que importa es que escribáis lo que deseáis escribir”. Virginia Woolf

“No pienses en palabras, es mejor que procures ver la imagen”. Jack Kerouac

“Allí donde los demás hombres sólo hallan diferenciaciones, los poetas descubren enlaces luminosos de una armonía oculta”. Valle Inclán

Escritura creativa 2 El borrador